Por Efrén Fernández Fernández/MCL.
En este artículo no hablaré de un símil de las célebres espías, África de la Heras, Anna Chapman o Mata-Hari. He de referirme a una arpía nombrada Giselle Caridad Reyes Sánchez, que estando al servicio de la Seguridad del Estado de la Dictadura de los hermanos Castro, ha reprimido con saña a las valerosas Damas de Blanco y ha tratado de destruir a mi familia. Estas cuartillas constituyen una denuncia pública, para que se conozca la vileza de una mujer que es capaz de sacarse un ojo por tal de ver ciega a otra persona, y la maldad del régimen comunista que ha oprimido por más de cincuenta años al pueblo cubano,
En este artículo no hablaré de un símil de las célebres espías, África de la Heras, Anna Chapman o Mata-Hari. He de referirme a una arpía nombrada Giselle Caridad Reyes Sánchez, que estando al servicio de la Seguridad del Estado de la Dictadura de los hermanos Castro, ha reprimido con saña a las valerosas Damas de Blanco y ha tratado de destruir a mi familia. Estas cuartillas constituyen una denuncia pública, para que se conozca la vileza de una mujer que es capaz de sacarse un ojo por tal de ver ciega a otra persona, y la maldad del régimen comunista que ha oprimido por más de cincuenta años al pueblo cubano,
El 6 de febrero de 2010 falleció mi
querido padre, cuando aún la dictadura cubana me tenía encarcelado como
prisionero político. Ese día, a la una
de la madrugada, efectivos de la Seguridad del Estado -cumpliendo lo establecido en el Reglamento de
las Cárceles y Prisiones de Cuba-, me
llevaron altamente custodiado durante dos horas, a la funeraria capitalina que
está ubicada en la calzada de Zapata, donde tenían tendido a mi padre.
Recuerdo que en este recinto, un
miembro de mi familia me señaló con el dedo a una muchacha que estaba sentada y
encorvada en una butaca, de tal manera que no pude verle el rostro. Me dijo que esa joven era la “novia” de mi
hijo Yunier Fernández Leyva (hijo mío con otra señora), pero que estaba
aterrada porque varios de los oficiales de la policía política la conocían y la
miraban de forma amenazadora, pues según refirió ella, trabajaba como civil en
un lugar del Ministerio del Interior donde frecuentaban esos esbirros.
Hoy en día sé, que la presencia en la funeraria de
esta muchacha nombrada Giselle Caridad
Reyes Sánchez , fue un ardid preparado minuciosamente por la
Seguridad del Estado, para fingir que ella era víctima del acoso de este cuerpo
represivo; y conseguir que se compadecieran de ella, para así poder lograr más fácilmente
su inserción en el seno de mi familia, aprovechando el inmenso dolor que
padecían por la muerte de mi padre. Era la primera vez, que mi familia veía y
conocía a esta joven,
que en muy poco tiempo nos mostró su naturaleza extremadamente vil y perversa.
No habían pasado diez días de la
muerte de mi padre, y la estratagema de los servicios de inteligencia de la
Junta Militar cubana de infiltrar a esa diabólica mujer llamada Giselle en mi
familia siguió en curso, pues constantemente ella le refería a mi hijo Yunier
que oficiales de la Seguridad del Estado, entre ellos uno que se nombraba “William”,
la estaban amenazando constantemente para que mi hijo se alejara de nuestra
familia, porque si no lo hacía tomarían represalias con él y con "ella"; e incluso llegó a
referirle que esos oficiales le decían a ella que podían conseguirle un buen
trabajo a él, si acataba sus absurdas imposiciones.
Mi hijo Yunier me cuenta, que a lo
sumo un mes antes de conocer a Giselle, él tenía otra novia que residía en la barriada
del Vedado, en La Habana. Su novia, que había terminado con éxito los estudios
pre-universitarios, cuando fue a la entrevista para optar por una carrera
universitaria, le manifestaron que Yunier era hijo de un “contrarrevolucionario”
(su novia conocía que yo era preso político) y que tenía que escoger entre su novio y los
estudios universitarios. Este chantaje continuó, trayendo consigo la ruptura en
el noviazgo, porque de no ser así, obstaculizaría las aspiraciones que tenía su
novia de matricular en una escuela militar, donde podría realizar los estudios
con más facilidad.
La policía política, conociendo la
aflicción de mi hijo por haber perdido a su querida novia de la barriada del
Vedado, enseguida prosiguió con su plan de introducir a alguien en nuestra
familia; por eso hicieron que la esbirra Giselle
Caridad Reyes Sánchez (era la hija
de la sub-directora de la escuela donde estudiaba Yunier) obrara con su habitual
artimaña y sedujera a mi hijo, haciéndose pasar por una muchacha cristiana, dulce y noble.
Giselle Caridad Reyes Sánchez |
Un mes y medio después, fui
desterrado hacia España junto a mi familia -la policía política simulaba negar
viajar a Giselle junto a nosotros, porque según ellos ella había sido
trabajadora civil del Ministerio del Interior-, no obstante, a última hora la
“autorizaron” a salir de Cuba, es decir que la jugarreta de la Seguridad del
Estado estaba fructificando.
Hoy en día, después de conocer quién
es verdaderamente Giselle Reyes, mi familia comprende por qué minutos antes de
que los desterraran, la familia de esta mujer (a la que tampoco conocían) se
personó en la casa donde vivíamos en Cuba para despedirla; cuando mi familia no
sabía ni la fecha ni la hora de la partida. ¿Quién se lo comunicó
anticipadamente a la familia de Giselle?
Cuando llegamos a Madrid el 17 de
agosto de 2010, nos alojaron en el Hotel La Princesa situado en la localidad de
Móstoles. En este lugar, comencé a
percatarme quién era esta mujer diabólica.
Cada vez que asistíamos al restaurant del hotel, Giselle de una manera
desenfrenada se comportaba como una mujerzuela, al tratar de cortejar a un
camarero. Yo tuve que prevenir a mi hijo para que actuara con cordura. La
sensatez de Yunier evitó el escándalo (todo indica que esa era la intención de ella) que pudo haber provocado la actitud vergonzosa y humillante de
Giselle.
Como entre cielo y tierra no hay nada
oculto, todo en torno a esta muchacha comenzó a desentrañarse. Cuando nos
visitaron al hotel las señoras de Mar por Cuba,
recuerdo que se efectuó una actividad en uno de los salones que están
ubicados cerca del restaurant; participaron varios de los presos políticos de
conciencia que habíamos sido desterrados, Damas de Blanco, otras personas, y
algunos medios de prensa. Estando transcribiendo la nota que se entregaría a la
prensa, vi que mi familia se dirigía hacia el restaurant a efectuar el almuerzo;
en ese preciso momento algo quedó fijado en mi memoria. ¡Giselle había cogido
por el brazo a Yunier y se retiro del lugar con rapidez! A mi esposa y a mi cuñada, enseguida les
relaté esto que me pareció extraño.
Ese mismo día por la noche, Giselle
fue a la habitación que ocupábamos mi esposa y yo. Nos pidió que la escucháramos -me percaté que
estaba temerosa- y así lo hicimos. Nos contó que (cito sus palabras literales) “a ella donde trabajaba en Cuba la llevaban
para gritarle a las Damas de Blanco” (fin de la cita). Enseguida supe el por
qué en horas de la tarde, se había retirado velozmente. Había visto a alguna
persona que podría reconocerla. Yo le
expliqué que mis hermanos de causa o las Damas de Blanco no albergaban odio o sed
de venganza, que eran personas que amaban la paz y la libertad. A partir de ese día noté que comenzó a ir
tarde al restaurant, cuando ya casi no había personas.
El 31 de agosto de 2010, al llegar a
la ciudad de León donde residiríamos, y en
presencia de la señora de la ONG que nos recibió y atendió, Giselle
mostró sus dotes de chusma, al emprenderla con vulgaridad y agresividad contra
una mujer que se nos adelantó en alquilar un taxi en la terminal de autobuses.
Todos nos quedamos pasmados con esa actitud
tan lamentable.
Fotografía
que aparece en la portada del Diario de León. En el círculo rojo se encuentra
la diabólica Giselle Caridad Reyes Sánchez.
|
A partir de esa fecha comenzamos a vivir en un hermoso y amplio apartamento de acogida. Un día al amanecer apareció un pañuelo de tela en el suelo del hall del apartamento de acogida, y no pertenecía a ninguno de los miembros de mi familia. No faltaba absolutamente nada en la casa y todo estaba en orden, por eso me percaté al instante que eso era otra treta de Giselle, para tratar de crear el pánico en mi familia, cosa que no lograrían jamás. Al informarles a las personas de la ONG, de esta situación, decidieron cambiar la cerradura de la puerta. No obstante, la insistencia y la mediocridad de Giselle no cesó en el empeño de infundir temor, pues cuando salíamos de la casa se las ideaba para dejar una luz encendida a escondidas nuestra, y hacer ver que alguien había entrado en el apartamento. Como fingíamos no percatarnos, ella al ver que no fructificaba su engaño, desesperadamente hacía alusión una y otra vez a la luz encendida. |
Su malicia no se detuvo, pues constantemente
iba a ver a las personas que nos atendían en la ONG, para difamar y decir
absurdas mentiras sobre mi familia, tratando de crearnos una situación adversa
con la finalidad de que nos retiraran las ayudas y el apoyo que generosamente
recibíamos. El blanco predilecto de sus ataques iba dirigidos en aquel
entonces contra mi esposa Yamile Velazquez Batista y su hermana melliza Yamilka,
ambas Damas de Blanco.
En una ocasión, actuando en
correspondencia con la bajeza que caracteriza al cuerpo represivo que
pertenece, le dejó una nota en el baño a mi sobrino Néstor, donde le decía que ella
inventaría un pretexto para que mi hijo Yunier saliera de la casa, y facilitar así
que mi sobrino entrara en su cuarto para hacer el sexo con él.
Mi sobrino, al ver esta nota nos la
enseñó inmediatamente. Decidimos romper ese papel y no comentarle nada a mi
hijo. De no ser por la decencia de mi familia, esta maquinación de Giselle nos
hubiera causado una fatal consecuencia. Teniendo en cuenta la malicia de esta
mujer, no descartamos que su propósito fuera mandar a mi hijo Yunier a un lugar
cerca de la casa a comprar algo, para que mi sobrino entrara en su cuarto, y
cuando mi hijo regresara, poder armar un escándalo donde fingiría que Néstor
había abusado de ella. Gracias a Dios,
su siniestro plan fracasó rotundamente.
En enero de 2011, la ONG que nos
atendía alquiló un apartamento para mi hijo Yunier y Giselle, ya que conocían las malas
intenciones de esta mujer contra mi familia.
Los casi cinco meses en que vivió con nosotros fueron un verdadero
martirio; donde tuvimos que soportar sus provocaciones, su falacia y las
acciones venenosas que hacía para desestabilizarnos; que si narrara cada una de
ellas necesitaría varias cuartillas.
A partir de esta fecha, Giselle no
vivió más con nosotros pero sus ataques no cesaron. Desde entonces, su labor fundamentalmente
ha sido tratar de crear un estado de opinión desfavorable hacia nosotros,
inventando una sarta de mentiras para tratar de empañar nuestra imagen y
desacreditarnos. También se ha encargado de trasmitir a las personas donde
reside en León, España, que la dictadura de los hermanos Castro ha convertido a
Cuba en un “paraíso”, tergiversando así la triste realidad que vive el pueblo
cubano, que sufre con creces las penurias, la falta de derechos y de libertad.
Su ira por no poder causarnos el daño
que deseaba, así como su arrogancia la ha hecho manifestar a varias personas
que ella me destruiría a mí y a mi familia.
Víctimas de esa brutalidad desaforada son mi hijo y mi nieta, nacida de
esta perversa mujer, que constantemente dice una frase contra su bebita: (cito
sus palabras literales): “Si me la
pudiese meter para adentro otra vez lo haría”, (fin de la cita). Giselle jamás ha atendido adecuadamente a la
niña, e incluso llegó a pegarle delante de otras personas cuando tan solo tenía
seis meses de vida, porque la bebé lloraba. En una ocasión, cuando amamantaba a
la niña, esta mordió su pezón y Giselle la arrojó al piso y aparentando
estar brava, se marchó para la calle
hasta altas horas de la noche, dejando a la niña llorando con mi hijo.
Indudablemente, la crianza que le
proporciona Giselle a la niña puede ocasionarle serios trastornos a la párvula.
La niña es el fruto que nunca deseó, fue un medio para poder desarrollar el
trabajo sucio que le encomendaron sus jefes de la policía política cubana.
Desde hace meses, mi hijo Yunier que
aún continua viviendo en León, terminó con esa relación que era un verdadero
suplicio. Giselle lo ha agredido físicamente en varias ocasiones y no le
permitía ver a la niña, que tiene un año y medio de edad; hasta que en el mes
de julio lo llamó por teléfono y le refirió que se llevara a la niña. Todos
quedaron sorprendidos ante esa actitud, y supusieron que algo tramaban. Hace
alrededor de quince días, Giselle en un lugar público volvió a agredir
físicamente a mi hijo, a nuestra amiga española que lo acompañaba e incluso a
la niña. En algunas de sus agresiones, se han formulado las denuncias
pertinentes, así como existen los certificados de las lesiones que ésta les ha
provocado.
Después de transcurrir varios días,
Giselle y los secuaces de la dictadura que la asesoran, al ver que su objetivo
no fructificaba, hicieron que ella denunciara en la policía a mi hijo Yunier,
diciendo que él pretendía secuestrar a la niña y traerla para los Estados
Unidos. Nunca había escuchado algo tan absurdo e inaceptable. ¡Yo jamás toleraría
o compartiría algo así! Esto demuestra cuál
era el fin que perseguían, cuando ella le dio la niña a mi hijo. Imaginaron que
él vendría enseguida para los Estados Unidos, y así el régimen de manera
solapada utilizaría a Giselle, para iniciar una campaña donde me tildarían de
secuestrador, etc., etc...
Durante muchos meses busqué la
imagen de Giselle en los vídeos donde se observa cómo reprimen a las Damas de
Blanco. No hace mucho pude gritar ¡Eureka!, pues encontré un vídeo en YouTube
donde aparece Giselle Caridad Reyes
Sánchez reprimiendo a esas valientes y pacíficas mujeres. Esto es una evidencia irrebatible,
que demuestra la veracidad de mis palabras, y el sufrimiento tan grande que nos
ha causado esta mujer al servicio del régimen despótico que oprime a los
cubanos.
En el
círculo rojo de esta imagen que fue tomada del vídeo (se encuentra en el minuto 2:33), se puede ver a la esbirra
Giselle Caridad Reyes Sánchez reprimiendo a las Damas de Blanco. http://www.youtube.com/watch?v=ED_R3LEaASI&feature=related
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Ya sabemos, que Giselle Caridad Reyes Sánchez es una oficial de la Seguridad del
Estado, que al salir de Cuba tenía el grado de sub teniente y que laboraba en
el detestado centro de operaciones e interrogatorios de la policía política
cubana, conocido como Villa Marista.
En el círculo rojo de
esta imagen se puede ver a la esbirra Giselle Caridad Reyes Sánchez
intercambiando unas palabras con otra oficial de la policía política - ambas
tienen una camiseta similar -. Durante años en los “mítines de repudio”
(progroms organizados y dirigidos por la Seguridad del Estado, muy similares al
Kristallnacht) el régimen ha disfrazado a miembros de la policía
política con una vestimenta (ropa de civil) igual para poder diferenciarlos en
la multitud de los que son reprimidos. (En el vídeo se encuentra en el
minuto 2:35) http://www.youtube.com/watch?v=WiJpfSpCOmk
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El individuo que
está en el círculo rojo es el sicario de la Seguridad del Estado “William”.
Esto aparece en otro vídeo donde están reprimiendo a las Damas de Blanco (minuto
2:07 y se repite en el 3:55): http://www.youtube.com/watch?v=R9dgIdbYdQI&feature=related
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Mi hijo Yunier, ahora que nosotros no
estamos en España, se encuentra totalmente desprotegido y su estado es
vulnerable, ante los ataques de la esbirra de la Seguridad del Estado cubano Giselle Caridad Reyes Sánchez. Por eso, responsabilizo al Gobierno
dictatorial de Cuba, de cualquier cosa que le pueda ocurrir a mi hijo Yunier
Fernández Leyva, a la niña, a nuestra querida amiga española y a su hermosa
familia.
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http://www.youtube.com/watch?v=ED_R3LEaASI&feature=related
TAMBIÉN SE PUEDE VER ESTE VÍDEO EN:
http://www.youtube.com/watch?v=WiJpfSpCOmk
Tocayo, lamento muchisimo tu situacion y la de tu famlia, ya sabemos hasta donde llega la dictadura,son capaces hasta de engendrar una vida para despues maldecirla, maltratarla y abandonarla, que mas de puede esperar si nos mataron a Paya? se puede ver que esa criatura tiene un buen padre que saldra adelante con ella, y la esbirra ya tendra el castigo que se merece. un abrazo tu tocayo Efren Pulgaron.
ResponderEliminarsin comentarios hno Efren , sin comentarios, NO HAY MORAL Y DIGNIDAD EN MUCHOS CUBANOS, DAN ASCO, PENA AJENA.
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